Si eres de esas personas que para tratar una herida menor prefiere dejar que el aire haga el trabajo, necesitas reconsiderar.
Es posible que hayas escuchado que la mejor manera de curar una herida es dejar que esté ventilada. Nuestras abuelitas se cansaron de dejarlo claro. Sin embargo la investigación médica ha demostrado justo lo contrario y ha concluido que generar un ambiente húmedo para la herida no sólo acelera el proceso de curación, sino que también evita el dolor, posibles infecciones, costras y cicatrices, teniendo como resultado una piel restaurada.
La terapia húmeda para el manejo de heridas es la práctica de mantener una herida en un ambiente óptimamente húmedo para promover una cicatrización más rápida. La investigación ha demostrado que la cicatrización de heridas húmedas es de tres a cinco veces más rápida que la cicatrización de heridas que se dejan secar.
Los profesionales de la salud y pacientes usan lo que se conoce como apósitos o parches hidrocoloides. No importa mucho el nombre, sino el beneficio que ofrecen.
A continuación verás las razones por las que crear un ambiente húmedo en la herida, sin importar el tamaño, reparará la piel mejor y más rápido, y evitará las incómodas costras y cicatrices.
1. La terapia húmeda acelera el proceso de curación de la piel
La terapia húmeda para heridas permite que la piel se renueve. Para que la herida forme nuevo tejido, es necesario formar nuevas células. El crecimiento celular es mucho mejor en condiciones húmedas. En pocas palabras, el principio de esta terapia es mantener las condiciones óptimas para que la piel se autorregenere por sí misma.
2. La terapia húmeda evita la formación de costras
La terapia húmeda evita la formación de costras al fomentar el crecimiento y movimiento de células nuevas, lo que mantiene a las proteínas esenciales en su lugar para que realicen su tarea de reparación.
Si dejas que la herida quede descubierta y en contacto con el aire, se generará una costra, lo que dificultará el cierre, ya que la resequedad retrasa la formación de nuevo tejido cutáneo.
3. La terapia húmeda evita la formación de cicatrices
Nadie quiere conservar una cicatriz para recordar su herida años después, mucho menos en el caso de un niño. La terapia húmeda es la mejor manera de curar una lesión cutánea sin costras ni cicatrices. El uso de apósitos de terapia húmeda tendrá muy buenos resultados clínicos y cosméticos.
No permitas que una herida sencilla que puede no dejar marcas se convierta en una cicatriz permanente.
Para obtener el mejor resultado, la terapia húmeda es la mejor opción. Los apósitos para el cuidado de heridas de hoy en día tienen propiedades de manejo de la humedad para cumplir con todas las funciones de los apósitos pasivos de épocas anteriores, pero también promueven una curación más rápida, reducen el dolor, estimulan la transmisión de vapor, promueven el desbridamiento autolítico y también actúan como una barrera bacteriana.
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Busque atención y valoración médica oportuna
Siempre consulta a un profesional de la salud si la herida es profunda, sangra o muestra signos de infección como enrojecimiento, hinchazón o calor. El cuidador o paciente también debe buscar ayuda médica si no puede limpiar la herida correctamente.
En caso de que se tenga diabetes, el cuidado adecuado de las heridas es de especial importancia. Siempre se debe discutir cualquier inquietud que pueda tener con un médico o enfermera especialista. Incluso para el cuidado de heridas leves y grietas en los pies, es especialmente importante que los pacientes diabéticos acudan a consulta.
La idea de la cicatrización húmeda para heridas nació en 1962 cuando George D. Winter descubrió que la epitelización, el proceso de cierre de heridas, se realizaría dos veces más rápido en un ambiente húmedo que debajo de una costra. Hoy en día, el principio de la cicatrización húmeda está ampliamente aceptado en el campo clínico, donde se han desarrollado muchos productos para la curación de heridas crónicas mediante la terapia húmeda para el manejo de heridas.