El manejo del exudado: principios de cuidado de heridas

Cuando una herida aparece, nuestro cuerpo responde. De eso, no hay duda.
Ya sea con una serie de procesos complejos para protegernos y empezar la curación, o no, hoy hablaremos de una parte de este proceso: el exudado. Un líquido que muchas veces preocupa a los pacientes, pero que es completamente normal en la mayoría de las heridas.
Recuerda que el conocimiento es poder, y saber qué es, por qué aparece y cómo manejarlo correctamente puede marcar una gran diferencia en tu recuperación.
Qué es
Cuando hablamos del exudado, nos referimos al líquido que sale de una herida. Este, puede estar compuesto por agua, proteínas, glóbulos blancos, bacterias y productos de desecho celular. Con una apariencia clara o ligeramente amarillenta, es un signo de que el cuerpo está trabajando para sanar la lesión.
Sin embargo, el exudado también puede ser un problema. Pues, cuando este es demasiado o hay cambios en su color, olor o consistencia pueden indicar una complicación, como una infección.
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Funciones
Aunque a veces puede parecer molesto o alarmante, el exudado tiene funciones esenciales para el proceso de cicatrización
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Mantiene la herida húmeda, lo cual favorece la regeneración celular
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Facilita el transporte de células para combatir infecciones
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Ayuda a eliminar residuos y bacterias del lecho de la herida
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Favorece la formación de tejido de granulación, un paso clave en la cicatrización
Tipos de exudado
Todo depende de la etapa en la que la herida esté o de su estado actual. Sin embargo, el exudado puede tener diferentes características como ser:
Seroso claro y acuoso
¡Es normal! es un signo de una herida limpia y en proceso de cicatrización
Sanguinolento
Suele aparecer al inicio y es cuando tiene rastros de sangre o cuando la herida ha sufrido una irritación reciente
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Purulento
Es espeso, amarillo, verde o marrón y con mal olor. Puede indicar una infección
Hemorrágico
Es de color rojo brillante e indica justamente un sangrado activo

Cuándo buscar atención médica
Es importante etsar atento a los signos de alerta para buscar atención médica lo antes posible. Consulta con un profesional de salud si:
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La cantidad de exudado aumenta repentinamente
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Tiene mal olor o aspecto purulento
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La piel alrededor está roja, caliente o inflamada
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La herida no muestra mejoría tras en varios días del incidente
Principios para su manejo
El objetivo principal siempre será controlar la cantidad de exudado sin secar la herida, ya que un entorno húmedo favorece la curación. Estos son los pasos para su control:
Limpieza regular
Con soluciones especiales para la limpieza de heridas, salinas o agua estéril y evitando productos que puedan irritar como agua oxigenada o alcohol.
Selección adecuada del apósito
No todos los apósitos son iguales. Existen opciones diseñadas específicamente para absorber el exudado sin adherirse a la herida ni resecarla. Algunos ejemplos:
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Apósitos hidrocoloides
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Apósitos de espuma
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Alginatos de calcio
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Apósitos antimicrobianos
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Protección de la piel perilesional
Sí, aunque parezca simple agua, el exudado en exceso puede irritar o dañar la piel alrededor de la herida. Para evitarlo, se recomienda usar barreras protectoras como cremas con óxido de zinc o películas transparentes que limitan el paso del exudado a la piel sana.
El papel del paciente
El manejo del exudado no es responsabilidad exclusiva del personal médico. Como paciente, puedes apoyar la curación al:
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No retirar los apósitos antes del tiempo indicado
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Observar cualquier cambio y comunicarlo a tu médico
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Mantener una buena nutrición e hidratación
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No aplicar remedios caseros
Fuentes Consultadas
Dowsett, C., & Newton, H. (2005). Wound bed preparation: TIME in practice. Wounds UK, 1(3), 58–70.
World Union of Wound Healing Societies (WUWHS). (2019). Consensus Document: Exudate Management. Wounds International.
Rippon, M. G., Davies, P., White, R. J. (2012). Taking the trauma out of wound care: The importance of gentle wound cleansing. Wounds International, 3(2), 26–31.