Cómo se Forma el biofilme/biopelícula (y cómo evitarlo)

Cuando tienes una herida, ya sea desde una simple cortadura, una úlcera o una lesión quirúrgica, lo que más deseas es que sane rápido y sin complicaciones. Sin embargo, a veces la curación se vuelve más lenta de lo esperado, y los culpables tienen nombre: biopelícula o biofilme.
Sí, este término suena técnico, pero es más común de lo que parece, y entenderlo puede marcar la diferencia entre una recuperación sencilla y una complicada.
Qué es
La biopelícula es una especie de capa protectora que se forma con ciertos microorganismos —como bacterias o hongos— que se pueden adherir a una superficie húmeda, como la piel lesionada. Imagina que estas bacterias construyen una pequeña ciudad con muros, calles y un techo que las protege del exterior. Ese “techo” es la biopelícula: una estructura hecha de sustancias pegajosas que ellas mismas producen, como proteínas, azúcares y ADN.
Una vez que se forma, esta biopelícula dificulta mucho que los antibióticos, antisépticos o las células de defensa del cuerpo lleguen a eliminar a las bacterias. Es como si estas se escondieran dentro de una fortaleza. Por eso, las heridas con biopelícula tienden a quedarse en un estado crónico: ni sanan ni empeoran demasiado, pero sí siguen abiertas y dolorosas.
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Cómo se forma
La formación del biofilme ocurre en varias etapas:
Adhesión inicial
Las bacterias se pegan a una superficie húmeda, como la piel herida o un apósito mal colocado.
Multiplicación
Las bacterias u hongos comienzan a hacer lo mejor que saben: a dividirse y a crecer en número.
Producción de matriz
Llega lo que ahora si se conoce como biofilme y se producen esa “capa” protectora pegajosa que las envuelve.
Maduración
La biopelícula se estabiliza, crece en grosor y se vuelve resistente.
Dispersión
Algunas bacterias salen de la biopelícula para colonizar otras zonas cercanas, y el ciclo se repite.
Todo es a una gran velocidad, pues todo este proceso puede ocurrir en tan solo 24 a 72 horas después de que una herida se infecta, por eso es tan importante actuar rápido.
Cómo sé si mi herida tiene biopelícula
Aunque solo un profesional de la salud puede hacer un diagnóstico adecuado, hay ciertos signos que pueden hacer sospechar la presencia de biopelícula:
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La herida no muestra signos de mejora después de varios días
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Tiene una apariencia viscosa o brillante en la superficie
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Se produce pus o un exudado amarillento o verdoso
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La herida huele mal
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Hay enrojecimiento o inflamación constante alrededor
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Puede doler más de lo normal o presentar sensibilidad excesiva
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Si presentas algunos de estos síntomas, es indispensable que acudas con tu médico o enfermera especializada en curación de heridas.

Cómo se puede prevenir
La clave para evitar la formación de biopelículas está en tus manos. Sí, todo está en mantener una higiene rigurosa de la herida desde el primer momento. Estos son los mejores consejos para un cuidado óptimo:
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Lávate las manos antes y después de tocar la herida
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Cambia el apósito según las indicaciones del profesional de salud (ni más ni menos veces)
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Si el apósito se moja o ensucia, sustitúyelo de inmediato.
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Utiliza productos especializados, como apósitos antimicrobianos
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Evita remedios caseros sin supervisión médica (como aplicar café, plantas o pomadas no indicadas)
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Sigue todo el tratamiento aunque “ya se vea mejor”. Recuerda que las bacterias pueden seguir activas por dentro
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¿Y si ya se formó la biopelícula?
Eliminar una biopelícula no es fácil. A veces se requiere una limpieza profunda de la herida conocida como desbridamiento, donde se retira el tejido dañado o infectado. Además, se utilizan apósitos especiales y productos con acción anti-biofilm que ayudan a descomponer esa capa protectora para que los antibióticos y defensas del cuerpo puedan hacer su trabajo.
La buena noticia es que sí se puede eliminar, pero siempre bajo la guía de un profesional.
Fuentes Consultadas
Bjarnsholt, T., Alhede, M., Alhede, M., Eickhardt-Sørensen, S. R., Moser, C., Kühl, M., ... & Høiby, N. (2013). The in vivo biofilm. Trends in Microbiology, 21(9), 466–474. https://doi.org/10.1016/j.tim.2013.06.002
Wolcott, R. D., Rhoads, D. D., & Dowd, S. E. (2008). Biofilms and chronic wound inflammation. Journal of Wound Care, 17(8), 333–341. https://doi.org/10.12968/jowc.2008.17.8.30796
International Wound Infection Institute. (2022). Wound infection in clinical practice: Principles of best practice. Wounds International. https://www.woundsinternational.com/resources/details/wound-infection-clinical-practice-principles-best-practice-updated-2022